Director: Joel Anderson
No puedo creer que la lotería lleve tres sorteos consecutivos teniendo ganadores en el premio gordo... ¿cuáles son las probabilidades?, ¡¿CUÁLES SON LAS MALDITAS PROBABILIDADES?! Supongo que son más de las que tengo yo de ganar, pero bueno, qué se le puede hacer... Volviendo a la narrativa de este blog: la otra opera prima que anunciaba ayer es "Lake Mungo", de Joel Anderson, director australiano que no ha vuelto a ponerse tras las cámaras, probablemente por el escaso éxito cosechado con su debut cinematográfico, lo que no deja de ser del todo desafortunado e inmerecido, considerando la calidad que demuestra. Me pregunto si volverá a dirigir algo; quizás esté preparando, en completo silencio y hermetismo, su segundo largometraje, y quizás sea un bombazo, o al menos logre la atención que se merece. O, puede ser que, simplemente, ya no tenga ganas de hacer algo más. ¿De qué vale ponerse en esos escenarios que no existen?
Ayer decía que "Hidden" y "Lake Mungo" son dos películas bien distintas entre sí a pesar de tener elementos de terror, de construirse en base a la incógnita y el misterio. Pero las semejanzas llegan hasta ahí, pues si la opera prima de los Duffer apostaba por una puesta en escena íntima, dando énfasis a lo emocional, la de Anderson recurre a un tratamiento distanciado, aunque por distanciado quiero decir que el director prescinde por completo de cualquier artificio o cursilería, de superficialidad o efectismo al momento de relatar la historia y retratar a los personajes, es decir, esperen una película pausada en la que la inquietud, el miedo y la desolación se construyen a partir de los límites de la imagen, justamente, de aquello que no se sabe y nunca se sabrá por más que se intuya o perciba. Y acá llegamos a un punto clave, pues en donde los Duffer preferían exponer por completo su vuelta de tuerca e iluminar las zonas oscuras y los espacios ambiguos, Joel Anderson decide abrazar el misterio, aceptar la angustia del no saber, de estar a merced de sea lo que sea que nos rodee, sea real o no. De todas formas, para que no se crea que estoy atacando a los Duffer, cierto es que "Hidden" se configura estrechamente al género de terror (al cual le da esa famosa vuelta de tuerca), mientras que "Lake Mungo" es imposible de ubicar en un género determinado.
"Lake Mungo" es un falso documental que nos cuenta la historia de una familia, los Palmer (¿veo una referencia ahí?), marcada por la desaparición de la hija del clan, una joven cuya ausencia será el inicio de un intrigante misterio y un triste mar de dudas y falsas esperanzas, pues al tiempo de ocurrido el incidente, habrá quien piense que por ahí ronda el fantasma de ella, pensamiento que se contagia al resto. "Lake Mungo" no es como la sexta temporada de "A.H.S.", es decir, no utiliza el dispositivo de falso documental para sugestionar puerilmente al espectador haciéndole pensar que lo que se cuenta es verídico (aunque uno sepa que no lo es); las intenciones de Joel Anderson van por adentrarse en los miedos y deseos familiares, humanos; en la dinámica familiar post-tragedia; en la indefensión ante la idea de lo sobrenatural, algo mayor que nosotros. Es el frío pero certero retrato de la pérdida y el luto que les mencionaba recién: de la crueldad (o ni tanto) de la vida en el mundo, de los misterios del destino y la existencia, de las preguntas que a todos nos invaden. Por lo demás, Anderson juega acertada y sabiamente con la incertidumbre inherente de su premisa al elaborar un argumento cuyos constantes giros y revelaciones no se justifican primordial y exclusivamentemente para mantener fluido el relato (lo cual logra, sin duda alguna), sino que para ahondar en la nebulosa de la memoria y la verdad, sin arrojar luces ni tampoco sombras, tan sólo más niebla...
Les insto a ver "Lake Mungo", pero no se dejen engañar por el psychological-horror que le pusieron en Wikipedia e IMDB, pues es un drama de tomo y lomo. Disfrútenla y degústenla con la calma que bien se merece.
Ayer decía que "Hidden" y "Lake Mungo" son dos películas bien distintas entre sí a pesar de tener elementos de terror, de construirse en base a la incógnita y el misterio. Pero las semejanzas llegan hasta ahí, pues si la opera prima de los Duffer apostaba por una puesta en escena íntima, dando énfasis a lo emocional, la de Anderson recurre a un tratamiento distanciado, aunque por distanciado quiero decir que el director prescinde por completo de cualquier artificio o cursilería, de superficialidad o efectismo al momento de relatar la historia y retratar a los personajes, es decir, esperen una película pausada en la que la inquietud, el miedo y la desolación se construyen a partir de los límites de la imagen, justamente, de aquello que no se sabe y nunca se sabrá por más que se intuya o perciba. Y acá llegamos a un punto clave, pues en donde los Duffer preferían exponer por completo su vuelta de tuerca e iluminar las zonas oscuras y los espacios ambiguos, Joel Anderson decide abrazar el misterio, aceptar la angustia del no saber, de estar a merced de sea lo que sea que nos rodee, sea real o no. De todas formas, para que no se crea que estoy atacando a los Duffer, cierto es que "Hidden" se configura estrechamente al género de terror (al cual le da esa famosa vuelta de tuerca), mientras que "Lake Mungo" es imposible de ubicar en un género determinado.
"Lake Mungo" es un falso documental que nos cuenta la historia de una familia, los Palmer (¿veo una referencia ahí?), marcada por la desaparición de la hija del clan, una joven cuya ausencia será el inicio de un intrigante misterio y un triste mar de dudas y falsas esperanzas, pues al tiempo de ocurrido el incidente, habrá quien piense que por ahí ronda el fantasma de ella, pensamiento que se contagia al resto. "Lake Mungo" no es como la sexta temporada de "A.H.S.", es decir, no utiliza el dispositivo de falso documental para sugestionar puerilmente al espectador haciéndole pensar que lo que se cuenta es verídico (aunque uno sepa que no lo es); las intenciones de Joel Anderson van por adentrarse en los miedos y deseos familiares, humanos; en la dinámica familiar post-tragedia; en la indefensión ante la idea de lo sobrenatural, algo mayor que nosotros. Es el frío pero certero retrato de la pérdida y el luto que les mencionaba recién: de la crueldad (o ni tanto) de la vida en el mundo, de los misterios del destino y la existencia, de las preguntas que a todos nos invaden. Por lo demás, Anderson juega acertada y sabiamente con la incertidumbre inherente de su premisa al elaborar un argumento cuyos constantes giros y revelaciones no se justifican primordial y exclusivamentemente para mantener fluido el relato (lo cual logra, sin duda alguna), sino que para ahondar en la nebulosa de la memoria y la verdad, sin arrojar luces ni tampoco sombras, tan sólo más niebla...
Les insto a ver "Lake Mungo", pero no se dejen engañar por el psychological-horror que le pusieron en Wikipedia e IMDB, pues es un drama de tomo y lomo. Disfrútenla y degústenla con la calma que bien se merece.
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