lunes, 25 de enero de 2016

The Gift - 2015


Director: Joel Edgerton

  La segunda película del día no tiene mucho que ver con la fallida "Black Mass", aunque están juntas porque pensé que el elemento en común era el estar relacionadas con el crimen, sea organizado o de otro tipo, aunque no va por ahí "The Gift", la excelente opera prima de Joel Edgerton, un actor de particular rostro que además de dirigir también escribe y protagoniza, y creo que produce: a todas luces un esfuerzo que bien valió la pena, pues, insisto, ésta es una puta brutalidad. Si no era el crimen podía ser que ambos fueran un thriller, aunque me conformo con que en ambas películas actúe el mencionado Edgerton, en la de Cooper un agente del FBI semi-corrupto y, en la de ahora, un... ya lo verán...


  Jason Bateman y Rebecca Hall son un matrimonio que se muda de Chicago a California para tener un nuevo comienzo, después de algunas cosas no tan agradables. Por ahí se encuentran con Joel Edgerton, un antiguo compañero de escuela de Bateman, con quien comienza a retomar el contacto perdido, aunque la convivencia puede que no sea del todo positiva.


  Esperaba una buena película, pero nunca pensé que "The Gift" iba a ser tan fenomenal. Una rutilante joya cinematográfica, sin duda alguna. Y es que no le veo fallas a esta magnífica película, comenzando por la impecable dirección de Edgerton, quien genera auténtica y asfixiante atmósfera de misterio y tensión, mejor aún, partiendo de una premisa más o menos "previsible" (un personaje que llega a entrometerse en la vida de los otros, de seguro con intenciones nada buenas, vengativas), pero evitando caer en lugares comunes en tanto narración/argumento y sustancia de fondo, en primer lugar construyendo la atmósfera a partir exclusivamente de la inestabilidad psicológica de los personajes, punto de partida que le permitirá al relato estar permanentemente jugando con las expectativas y la veracidad o causalidad de los hechos: creemos que sabemos lo que pasa o cómo pasa, pero nunca podemos estar completamente seguros, y vaya que es infartante esa sensación: lo incierto de una amenaza que damos por segura. Ahora bien, les estoy hablando casi en exclusiva de los efectos que la dirección de Edgerton causa en el espectador y los personajes, lo que, si bien es un gran bastión del film, no es lo único que hace del visionado una experiencia memorable y aterradora: hay que hablar también del guión, el cual, a partir de una premisa ya vista, elabora un complejo estudio y retrato de personajes mediante una trama escrita brillantemente, no porque sea la más lista o sorprendente en tanto "giro imprevisible", sino porque es capaz de levantar una realidad creíble y luego desbaratarla, sin compasión alguna, con una precisión y brutalidad que pone los pelos de punta, a través de una sucesión de acontecimientos cada vez más desoladores e hirientes (y verosímiles, que no es poco): como un abismal descenso a los infiernos personales, a lo más oscuro del propio ser. Por sobre todo, "The Gift" es una película sobre lo problemático de las relaciones humanas, las relaciones sociales: la ambigüedad moral, las consecuencias de nuestros actos, el daño que causamos a los inocentes, la autenticidad de los afectos. Y esto no sería nada sin un trío de personajes de carne y hueso, magistralmente escritos y aún mejor interpretados, especialmente el Gordo de Joel Edgerton, un personaje fascinante tanto por lo indescifrable de su presencia como por lo complejo de su ser; me ha gustado un montón que Edgerton lo haya retratado como un humano, con dolores y rabias y todo, pero como un humano y no como un ser raro y repulsivo, pues en el fondo no es el peor de la función, y es que un matón nunca dejará de ser un hijo de puta integral, por más simpático que intente lucir: ni perdón ni olvido con esas basuras humanas, no se hace complicado notar de dónde surge la verdadera maldad. En fin, la película tampoco toma bandos y todo lo que vemos resulta cuestionable moralmente, aunque debo decir que el final no es precisamente un final infeliz, ¿eh?
  "The Gift" es terror, es intriga y es drama, pero, por sobre todo, es honestidad y humanidad pura, que duele un montón y golpea sin cesar, sí, pero honestidad que no los dejará indiferentes en ningún momento. Quizás esta última frase sea lo más importante. En cualquier caso, acá nos quedamos ardiendo en deseos de ver otra película de Joel Edgerton, quien de inmediato se vuelve una de mis personas favoritas del panorama cinematográfico actual ("The Gift" podría ir incluyéndola de inmediato en mis favoritas de la década y, por qué no, del siglo e incluso el milenio), y es que además de tener enorme talento para actuar y escribir/dirigir, también está dotado de un potentísimo discurso y una sensibilidad personal/humana profundísima. Ojalá no nos haga esperar demasiado, por dios...

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