lunes, 4 de julio de 2016

Green Room - 2016


Director: Jeremy Saulnier

Hoy iba a comentar otra, a raíz de recientes noticias relacionadas al mundo del cine, pero en vista de los apuros propios de la vida en sociedad, mejor voy con "Green Room", tercer largometraje de Jeremy Saulnier, que estuvo generando bastante expectación por razones que ya no recuerdo muy bien. La película es buena, pero bastante simplecita, así que tampoco debería demorarme tanto en comentarla. ¿Quieren apostar?


Una banda punk anda de gira, pero en una parada la cosa no resulta como lo planeado y el organizador, que se siente mal y como un tonto, manda a los jóvenes músicos a una tocata que no está muy lejos y que les dará buena paga. El problema es que es una tocata de nazi punks (o como se llamen) y en algún momento la cosa se pondrá violenta.


La estuvieron vendiendo como una película de terror, pero más allá de lo grotesco y gore de gran parte de la violencia desatada, yo no diría que "Green Room" se ajuste al género. Más bien el asunto va de dos bandos enfrentados que se pasan toda la película armando estrategias de combate, de aniquilación o huida dependiendo del caso. No se centra tanto en el miedo o el terror como en la simple tensión de verse atrapado en una pequeña locación, más encima rodeada de neo-nazis. No es que sean fantasmas, zombis o paletos locos de remate asesinando, por deporte, a los turistas rubios de turno, aunque sí descansa en lo inusual e indeseable de la situación. Dicho esto, "Grenn Room" es un thriller muy bien rodado, con mano firme y notable pulso, con un ritmo constante y dinámico que aprovecha bien su escenario único (o casi: la habitación, el bar que la alberga, el exterior del bar). Ahora bien, si piensan que el hecho de que los protagonistas sean punk y los malos neo-nazis va a significar "algo más", no sólo un suficientemente convincente envoltorio para los personajes sino que un tratamiento moral y esas cosas, entonces mejor bájense de ese pony, pues el conflicto no va por ahí. Al principio, claro, los de la banda van y tocan "Nazi Punks Fuck Off" de los Dead Kennedys, pero lo que verdaderamente desata el enfrentamiento es una situación puntual totalmente aparte de dichas cuestiones, una situación totalmente circunstancial y azarosa que le pudo pasar a una banda nazi punk o de cualquier tipo, y la trama iría por los mismos derroteros, pues el conflicto sería el mismo: ser testigos de algo que no debía ser visto. Si hasta prácticamente da lo mismo que los neo-nazis sean neo-nazis, en realidad son los antagonistas y punto. Si piensan que el relato será tan moral y narrativamente agobiante como, no sé, "Straw Dogs" de Sam Peckinpah, o que tendrá algo de "This is England", insisto, olvídense de esa idea. Pero, aparte de todo lo anterior, como thriller en que dos partes de identidades prescindibles e intercambiables se enfrentan para vencer a la otra está muy bien, tiene escenas muy bien resueltas y la violencia es sorpresiva, grotesca y nada complaciente. No me gustó mucho que por el final los personajes se pusieran a hablar como zombis, pero lo atribuyo al cansancio y al shock de tan aterradora (para ellos) experiencia. Por lo demás, actúa Anton Yelchin, y Patrick Stewart también. Más allá de este enredo, si quieren ver personajes lastimarse, dispararse y acuchillarse en ochenta y pico bien sostenidos minutos, entonces "Green Room" es una excelente alternativa. De Jeremy Saulnier mejor me quedo con su "Blue Ruin", que sí me parece asfixiante y moralmente perturbadora. Pero para qué comparar, si "Green Room" cumple lo que promete, que tampoco es tanto, pero supongo que basta.

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