jueves, 24 de diciembre de 2015

Not Quite Hollywood: The wild, untold story of Ozploitation! - 2008


Director: Mark Hartley

  "Not Quite Hollywood" es un documental que había visto hace ya varios años, y como el otro día vi "Mystery Road", película australiana, me dije, "oye, ¿por qué no ves otra vez ese documental sobre el exploitation australiano a.k.a. ozploitation?", y como no le puedo decir que no a la gente, respondí, "ok, qué más da". No vamos a hilar fino y comentar el documental de Mark Hartley por su calidad cinematográfica/artística, sino que por cosas más entrañables y triviales, que es justamente lo que se propone.



  Pasión, historia y conocimiento. Lo que Mark Hartley hace es una apasionada exploración del cine australiano (y aspectos importantes de la idiosincrasia de los años) a través del ozploitation como gran impulsor de la industria cinematográfica australiana y no como una pequeña y curiosa ramificación. El director reúne a los cineastas de aquel entonces, quienes entregan la información más interesante (por razones obvias) junto con algunos actores, a algunos críticos que se dan demasiada importancia, y a los fanáticos que crecieron viendo ozploitation y que la tienen en muy alta estima, desde luego, célebres figuras como Tarantino o cineastas locales como el interesante Greg McLean, James Wan (me sorprende que sea australiano; yo pensaba que era un californiano hijo de inmigrantes chinos, y ahora que veo, resulta que nació en Malasia) y otros sujetos más. Resumir o describir lo que nos cuenta el documental no tiene nada de gracia ni utilidad, así que sólo diré que el ozploitation tiene una historia de lo más atractiva y divertida, historia que es analizada por el personal reunido y que nos dicen muchas cosas interesantes, no sólo sobre el contexto de aquel entonces sino que también de las películas mismas, como cuando George Miller habla sobre lo que quería hacer con "Mad Max". Lo que más me ha gustado es el descaro con el que hacían películas, sólo por el amor a hacer películas, lo que en todo caso los llevaba a caer en conductas peligrosas e irresponsables, como filmar todas las persecuciones tan características del género sin autorización alguna, ni mucho menos dando aviso a los conductores o transeúntes que anduvieran por ahí: tomar la carretera, hacer cine, adiós. Quizás no el método, pero viejo, ésa es la actitud. En términos formales y para que terminen por interesarse, el director aglutina gran cantidad de información y películas (como para hacer un listado que seguir, eventualmente) y organiza todo en cuatro o cinco grandes secciones, que serían los inicios y/o el germen del ozploitation; aquellas películas de desvergonzado contenido sexual, no pura provocación sino que una cierta lectura y respuesta a un contexto marcado por la fuerte censura y el deseo por la liberación total, hasta de míster pipi y doñas tetas; el grupo de cintas de horror, con sus interesantes hallazgos estético-narrativos; las películas de acción y la actitud de cine guerrilla que les contaba; y los nuevos realizadores que, inspirados por este género, intentan hacer un cine propio y desenfadado. El montaje tiene ritmo, los entrevistados exudan conocimiento, pasión y trivia (especialmente los directores y actores), y el documental cumple su propósito, que es enterarnos de algo y contagiarnos la curiosidad. Si Mark Hartley les hace desear ver las películas que aparecen en pantalla, entonces el documental ha cumplido su misión. Porque oigan, mientras más cine veamos, mejor será la vida.

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