viernes, 30 de marzo de 2018

Happy-Go-Lucky - 2008


Director: Mike Leigh

Ayer también vi el trailer de "First Reformed", lo nuevo de Paul Schrader después de la desastrosa "Dog Eat Dog". "First Reformed" tiene muy buena pinta y de su avance podemos rescatar varios aspectos, como por ejemplo la relación de aspecto de 1.37, toda una apuesta en estos días, la cual está muy bien aprovechada por el director en pos de una imagen llena de desazón, con una atmósfera oscura, opresiva, sombría (que recuerda a sus mejores trabajos, como "American Gigolo", "Hardcore" o "Light Sleeper"), sin mencionar ese siniestro toque metafísico que luce muy prometedor. En Estados Unidos la estrenan en mayo, cortesía de A24. Sobre "Happy-Go-Lucky", que por acá se llamó "La felicidad trae suerte", es una película que pude haber visto seis, siete años atrás en el canal I-Sat, pero no sé qué me dio en aquel entonces que no tuve ganas de verla (y eso que lo tenía planeado). Supongo que la ocasión ideal era esta retrospectiva dedicada a Mike Leigh. Claro que sí, demonios.


Lo bueno de esta película es que la protagonista no es quien debe aprender la lección, amoldarse a la cosmovisión del resto, acomodarse a lo establecido y lo convencional, y lo que señala es lo contrario: que todos los personajes con los que ella se encuentra y comparte regularmente, deben aprender de ella y contagiarse con su para nada ilusorio optimismo, ese chispeante candor. La protagonista es una resplandeciente Sally Hawkins que, como es usual en las películas de Mike Leigh, es un personaje cuya construcción presenta gran complejidad emocional y psicológica, magníficamente perfilado y que, por lo mismo, nunca termina de crecer, de ofrecer capas y matices, de mantener una base y una línea consistentes en cuanto a personalidad y moralidad se refiere, pero jamás repitiéndose en las relaciones que tiene con un entorno dinámico y tan rico en ingredientes como ella. Desde luego, así como los personajes tienden a simplificar un poco la personalidad de Sally Hawkins, no hay que confundir la sencillez de la película por simplicidad, no hay que malinterpretar su "minimalismo" por superfluidad. En "Happy-Go-Lucky" podemos encontrar muchos elementos de "Naked", "Life is Sweet", "Career Girls" o "High Hopes" (en mayor medida con respecto a sus otros filmes) perfectamente conjugados en esta refrescante vuelta de tuerca (o re-estructuración) que Leigh hace a su propia narrativa. En cualquier caso no vale la pena intelectualizar mucho al respecto, después de todo la intención de Leigh es siempre explorar, sin mediaciones ni artificios, esa parte de las personas que sólo podemos descubrir (no exactamente describir) con una mirada diáfana y frontal en donde sobran las palabras y entra en juego el lenguaje de... ¿suena muy cursi decir del alma? ¡Ah, es que, a pesar de que no evita ni jamás ignora los contratiempos o las tribulaciones, el cine de Mike Leigh infunde gran ánimo en el espíritu!
Por último, me gustaría traer a colación el leitmotif de los profesores: la protagonista y su mejor amiga son maestras de escuela; Sally Hawkins también se encuentra con varias personas que, a su manera, también enseñan (ya sea flamenco -qué personaje aquél, me encantó y eso que aparece tan poco-, ya sea conducir un auto, entre otros), dando a entender, quizás, que la vida es un perpetuo aprendizaje mutuo, y que la base de una plenitud individual y/o colectiva es, desde luego, el entendimiento. Difícil, cómo intentarlo a veces, pero sonreír no es para nada un mal comienzo: alguien debe dar el primer paso.
Al mal tiempo buena cara, dicen.
Oh, oh, antes de irme una curiosidad: Eddie Marsan, que interpreta al intenso y denso instructor de manejo, por la atormentada y violenta naturaleza de su personaje, pensó que la película iba a ser un drama brutal y desolador, y sólo cuando llegó a ensayar escenas con Sally Hawkins vino a darse cuenta que "Happy-Go-Lucky" era en realidad una agridulce y amable comedia sobre los contratiempos de la vida. Capaz que Marsan haya pensado que se estaba metiendo en una nueva "Naked", ¿se imaginan algo así? Me encantaría, pero ciertamente sería una experiencia demoledora y arrebatadora. ¿Les dije cuánto me gusta esa película protagonizada por David Thewlis? Uf...
Y para despedirnos de buena gana, acá tienen una Sally Hawkins de la suerte para endulzar lo que sea que venga...

2 comentarios :

  1. La has descrito perfectamente. Este personaje que parece tan alejado de los furibundos de sus demás películas pero en realidad tan parecido a todos ellos. Y qué grand diálogo para cerrar la peli. Un genio. Me encanta que te gusté Leigh tanto como a mí. Another Year no has visto, verdad? Es una patada de realidad. Ya he dicho que me tatuaría el nombre de Mike Leigh en los nudillos.

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    1. La iba a ver (estaba dentro de esa tanda) pero esos días fueron medio raros y mejor ver películas de Leigh en plenitud de condiciones, que si por estar medio "dormido" no puedo disfrutar una peli suya me mortifico hasta el fin de mis días, jaja.
      Obviamente esperaba algo genial, pero el personaje de Sally Hawkins me sorprendió mucho y no dejó de sorprenderme en todo el metraje. No es que quiera hacer rankings ni nada, pero éste quizás sea de mis personajes favoritos del cine de Leigh.
      A propósito, estoy seguro que sería un buen tatuaje, no sólo por la calidad y el legado de su cine, sino que además dudo que lo acusen de acosar o abusar de mujeres o hombres, digo, ¡quién sabe qué sienten aquellos que tienen tatuajes de Kevin Spacey (excusa perfecta: me tatué al personaje, no al actor YA DEJEN DE MOLESTARME)!

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Vamos, dime algo, así no me vuelvo loco...

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