miércoles, 28 de marzo de 2018

Uncle Kent - 2011


Director: Joe Swanberg

Contingencias de la vida interrumpen la segunda tanda dedicada a la filmografía de Mike Leigh. Tranquilo, no me voy a amargar. Vivirás más tiempo, como diría Bart en ese episodio "del futuro" en donde Lisa es presidenta de los Estados Unidos luego de que Trump dejara una escandalosa deuda internacional. En cambio, me voy a despachar a gusto de una de las ridiculeces más malas que he visto en mi vida entera. No sé si sentirme eufórico o desalentado.

Sí claro, campeón...
¿Acaso se puede esperar algo distinto en Chatroulette, Omegle, etc.?
¿Alguna vez vieron a un gato siendo utilizado como falo? Si fuera al revés, el tal Kent Osborne habría tenido la hilarante ocurrencia de decir "look, I'm touching your pussy, hahaha".
A eso yo le llamo un portentoso diseño de producción: ¡pero qué fiesta más increíble y acorde con la realidad!
Oh, el gordo poco atractivo con cara de tonto es ignorado por las dos chicas lin... por las dos chicas, dejémoslo así...
No se preocupen, eso de poner comentarios "ingeniosos" debajo de las capturas lo hice ahora porque no encontré otro espacio para basurear dichas imágenes.
Ok: "Uncle Kent"... uh... balbucea (¿Habla? No. ¿Cuenta? Demonios, no. ¿Narra? ¿Es una puta broma?) sobre los supuestos intereses del tal Joe Swanberg, que son las relaciones interpersonales de unos inmaduros adultos jóvenes que, como no tienen verdaderos problemas, se inventan cualquier cosa con tal de sentirse presionados o lo que sea. Estas relaciones se ven afectadas por la tecnología, la distancia, la estupidez inherente de ellos mismos...
"Uncle Kent" está horrible, horripilante y pésimamente dirigida. La producción es penosa, raquítica, vergonzosa. La "escritura" carece de humor, ingenio e inteligencia, y ya ni hablar de su nula calidad narrativo-dramática. La fotografía, si es que así se puede llamar, es horrenda y si yo tuviera las bolas para acreditarme como director de fotografía de semejante mierda, les juro que al día siguiente me entrego a las autoridades para que me encierren en un manicomio o en la cárcel (donde lo estimen más conveniente). Los "actores" te hacen vomitar de lo mal que actúan. ¿Se hacen llamar actores? ¡Créanlo, maldita sea, créanlo! Esta basura entera podría ser calificada con un sonoro y doloroso facepalm, y me atrevo a inventar, a acuñar, un nuevo e infame género "cinematográfico": las facepalm movies. "Gracias, gracias, es todo un honor", dijo Joe Swanberg, en recientes declaraciones. Pero en serio, me pregunto cuánto tiempo real estuve mirando la pantalla y cuánto me la pasé con mi mano sobre mis ojos, tremebundo gesto de incredulidad y vergüenza ajena. Me van a perdonar, pero este producto audiovisual me ha ofendido: me siento ofendido e insultado por la indigna e inversamente proporcional relación pomposidad/calidad. ¿Pueden creer que los responsables de esta patada a los testículos llevaron su producto a un festival, y que alguien efectivamente compró los derechos de distribución? Yo los compraría, claro, pero compraría los derechos para borrar absolutamente la existencia de este bodrio, en este y todos los posibles e infinitos universos existentes. Que a alguien le haya podido gustar esta cosa en esos festivales es algo que verdaderamente no puedo ni imaginar, y sin embargo hay una secuela, ingeniosamente titulada "Uncle Kent 2", aunque en aquella no participa Joe Swanberg (en cualquier caso al tipo este ya no le tengo ningún tipo de respeto: si veo que tropieza en la calle, me acerco a él y amablemente orino sobre su rostro).
¿Y de qué trata esto? El protagonista es Kent, "interpretado" por Kent Osborne, un solitario animador y dibujante que invita a una amiga que conoció por Chatroulette a vivir con él por un par de días. La chica tiene novio, él se la quiere servir y bueno... Es un perdedor, qué cosa se puede esperar. "Uncle Kent" consiste en un montón de explicativas y expositivas conversaciones en donde los personajes, con este irritante e insoportable tonito medio en serio medio en broma, se definen a sí mismos porque no hay ningún otro tipo de herramienta que sirva para ello, mientras también hablan de sexo (líneas escritas por un niño de doce años, supongo) y no pasa nada que pueda considerarse conflicto dramático o algo similar. La cosa es que al tipo lo vemos solo, llega su amiga virtual ahora en carne y hueso, la chica tiene novio pero al día siguiente termina con él (la escena es magistral expresividad: el protagonista come cereales dentro de su casa, la chica esta discute por celular en el balcón; no se escucha nada, los tonos son azulados y uno intuye que esa relación se acabó: aplausos, por favor), ahora estos dos se ponen amiguis, tanto que buscan a una tercera chica para tener un trío con ella, en el trío las chicas prefieren divertirse entre ellas en vez de tener que soportar la sonrisa de imbécil del otro, al otro día el tal Kent está frustrado y enojado con la amiga del chat lleno de penes erectos, por alguna razón la chica se pone a llorar porque Kent no la pesca (¡hasta se pone a actuar como gata!: "somos gatitos, vamos, somos gatitos, ¿no quieres ser un gatito?"), luego se va entre lágrimas y él se queda merecidamente solo otra vez. El protagonista es un perfecto imbécil, un cobarde que no quiere tener relaciones porque "no quiero tener que discutir por qué vamos a desayunar o quién lava los platos" (eso sí que es ser cobarde... y simplista), y qué más puedo decir, espero que no me haya salido un tumor cerebral viendo semejante ofensa a la inteligencia del espectador.
Oh, y escuchen lo siguiente: el protagonista tiene una cámara y a veces vemos las cosas que suceden desde el punto de vista del aparato. Pasa lo típico en estos casos: se prende la cámara y uno de los personajes suelta el innecesario "are you rolling now?". Lo ridículo del caso es el uso de la palabra rolling, y, digo yo, ¿por qué? ¿Están rodando en celuloide o algo así que dicen rolling? ¿Por qué mejor no dicen recording, que sería más honesto? Rolling, sí claro. Vete al carajo, Joe Swanberg. Rolling tus pelotas.
Y más encima, en los créditos finales muestran el storyboard. ¿En serio? La verdad no puedo creer que hayan necesitado un storyboard para crear imágenes tan feas, anti-estéticas y anti-cinematográficas. Puedo esperar que producciones más grandes utilicen storyboard como método de organización, para no perder tanto el tiempo entre encuadre y encuadre, pero que una producción independiente y pequeña pierda el tiempo haciendo storyboards y, peor, que los sigan al pie de la letra durante el rodaje es auténtica muestra de falta de creatividad y atrevimiento formal. "Oigan, hoy rodamos en mi casa y... ¡no me pierdan el storyboard que si no no sabré qué mierda encuadrar!, ¿me oyeron?". Vete al infierno, Joe Swanberg, especialmente Kent Osborne. ¡Púdranse todos malolientes hijos de pu-!
Suficiente castigo por un año, por favor...

¿Se puede ser más penoso que esto?

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