domingo, 23 de septiembre de 2018

Westward the Women - 1951


Director: William A. Wellman


"Westward the Women" me ha parecido una obra maestra, así de sencillo. Tiene de todo; lo tiene en equilibrio, en su justa medida pero con qué intensidad y potencia. Partamos por lo sencillo: tiene multitud de personajes, tan bien trazados que de inmediato nos familiarizamos con ellos, y empatizamos con ellos, los reconocemos de rostro pero también de personalidad, de emociones, de pesares; lo importante es que son personajes de carne y hueso, convincentes no sólo a nivel narrativo y dramático sino que también humanos, profundamente humanos, sin importar si su rol sea más cómico o más serio, triste, trágico. Ahí tenemos al simpático japonés, jocoso pero de firme moral, que andaba haciendo el "¡JA-JA!" antes que Nelson de "Los Simpsons". O a la italiana, que vaya que debe sufrir (les aviso: la perra que lleva sí sobrevive). O a la francesa, que tiene una cara de lujuria que ay, mamacita. Para qué hablar de un Robert Taylor severo y rudo (se ve mejor así, medio cochino y desarreglado, que cuando anda más limpiecito y bonito y galáncito), que lidera a la perfección semejante epopeya. Y, por supuesto, el resto del reparto, en su mayoría compuesto por mujeres, está lisa y llanamente sensacional, impresionante y memorable, cada una de ellas. Y yo me pregunto si en la actualidad hay directores capaces de acometer semejantes proyectos; directores como Hawks, como Ford, o como Wellman, que dirige, se nota, con mano firme, con seguridad, con decisión casi suicida, a por las última consecuencias. ¿La historia? En un valle de California, un ranchero, al ver a sus hombres, hombres solitarios y deseosos de compañía, de buena compañía, de compañía decente, para formar una familia y cosas así, decide ir a Chicago para reclutar mujeres que quieran comenzar una nueva vida en el oeste, una vida en cierta forma asegurada, pues llegarán a casarse, a construir un hogar, aunque claro, el viaje no será fácil, será un viaje arduo, un viaje duro, un viaje inclemente y angustiante, un viaje de más de cinco mil kilómetros en donde habrá desgracias, calamidades, muertes..., indios, lluvias hirientes, vientos filosos como cuchillos, desiertos áridos y secos, un sol violento y brutal..., sed, hambre, tensión, ira (un par de mujeres empieza a darse a puñete limpio), locura incluso... Pero son 140 las mujeres que firman, que se unen a la caravana, que emprenderán esta magnífica historia que, ya digo, tiene de todo: escenas de acción, humor, tristeza, desolación, alegría, quietud, hasta romance... Todo narrado y ejecutado a la perfección, amén del estupendo guión de Charles Schnee (basado en una historia de Frank Capra, quien al principio quería dirigir pero luego mejor que lo haga mi vecino el William A. Wellman; a propósito, Schnee es el mismo guionista de "The Furies", ese magnífico western shakesperiano de Anthony Mann, y miren ustedes, también escribió "Red River", la de Hawks, la que vimos la semana pasada) y la poderosa, tremebunda puesta en escena del director, dominador absoluto del tempo cinematográfico, del tiempo y el espacio del relato, que no sólo nos sitúa dentro de este grupo humano y dentro de esta variada y desafiante geografía, también nos hace sentir esa sed, ese desgaste, ese cansancio, esa frustración a veces, por momentos impotencia, pero también la rabia rebelde de seguir adelante, de que no se rindan mierda, que pueden, que claro que pueden y que alguien se atreva a afirmar lo contrario, y que nos deja escenas estremecedoras, que te dejan la piel de gallina.
Poderosa y absolutamente imprescindible obra maestra es "Westward the Women", yo que ustedes corro a ver esta grandiosa maravilla. Si tuviera más adjetivos los usaría todos, créanme...
¡IM-PRES-CIN-DI-BLE!

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