jueves, 3 de enero de 2019

Gun for a Coward - 1957


Director: Abner Biberman


"Gun for a Coward" es otro excelente western que, sin perder de vista ciertos elementos clásicos del género (en este caso, el aire a saga familiar, con sus hitos y disputas), pone especial atención y cuidado a la construcción y desarrollo de personajes, sobre todo en un aspecto esencial no ya sólo de este tipo de relatos sino que de toda una concepción y forma de vida (podría añadir "particularmente en Estados Unidos", pero se me hace que en todos los países se instala desde temprano la idea de "pelear por lo tuyo" para validarte como hombre, o como alguien respetable que quiera triunfar en la vida).
El conflicto central de "Gun for a Coward" es la tensión que causa en la familia la forma de ser de Bless, el hermano medio de una familia de rancheros ganaderos, muerto el padre, viva la madre, en donde el mayor es un magnífico Fred MacMurray, el hombre hecho a sí mismo, firme aunque sorprendentemente ecuánime, que debe ejercer de padre y de jefe de familia (y de "empresa") tras la muerte del patriarca, y el menor es un cabeza hueca celebrado por no temerle a nada, es decir, por ser uno de esos temerarios que en vez de pensar se lanzan de inmediato a lo que sea y que ven debilidad en donde cualquier otro vería sensatez. Pues bien, Bless es el hermano sensato, en lo absoluto incapaz de llevar a cabo la labor de un ganadero (secunda bien a su hermano y de hecho se manda menos cagadas que el hermano menor, que por pelear o sacar pecho causa líos perfectamente evitables), pero con una sensibilidad más desarrollada, poco proclive a recurrir a los golpes y los disparos y los insultos, por qué debería ser esa la primera y única solución ante todo, lo cual, entre gente que sólo respeta la violencia, lo convierte en un cobarde. Ese estigma, ese pesado y aplastante estigma. Sí, en un oficio en el que puede llegar cualquier sujeto y robar ganado, apropiarse de terrenos, en el que durante un viaje, por ejemplo, hay que hacer frente a indios y más bandidos, dicho estigma hará que a Bless se le haga difícil realizarse como individuo. No obstante su desenlace, respecto del cual podría discutirse y debatirse bastante sobre qué nos quiere decir la película (sin entrar en detalles, Bless pelea con alguien, harto de todo, y zas, viva Bless, Bless dame un hijo, Bless eres el líder que necesitamos), sí pienso que el relato se sostiene primordialmente en un sólido tratamiento moral que, a través de sus personajes (concentrados en estos tres disímiles hermanos), hasta podría guardar lecturas políticas y sociales (por eso su final me dejó un tanto desconcertado, acaso por esas posibilidades un tanto conservadoras que desprende), aunque lo esencial sería la lucha de un individuo, que pese a las dudas instaladas por otros mantiene una firme visión de las cosas, por ser tal ante un entorno cerrado en sus costumbres y en su concepción moral.
Por lo demás, la trama tiene un fluido toque de saga familiar (la tragedia siempre acechando), sobre esta familia enfrentando toda clase de dificultades a lo largo de un considerable período. Abner Biberman se muestra como un director seguro que, sin alcanzar cotas de calidad de un maestro (o de un hábil artesano, como los de los dos días anteriores), lo cual es una acotación algo mezquina de mi parte, es lo suficientemente solvente como para sacarle jugo a la épica y al drama.
Interesante y algo atípico western, de conflicto siempre vigente, que entre otras cosas nos mantiene en racha ¿eh? Sí señor, y es que ese Fred MacMurray siempre me ha parecido un gran actor (aunque por acá, me parece, no había aparecido antes) y acá nos entrega una actuación sutil pero memorable.

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