Director: Philippe Garrel
Me gusta el rumbo que está tomando "Westworld", y me gusta lo badass que se volvió Dolores, la reina de los aforismos memorables. Además, la serie se está superando en cuanto a la creación de imágenes se refiere, al uso de la luz y los claroscuros, las sombras, los primeros planos... Cierto es que el segundo episodio está dirigido por Vincenzo Natali, que, aunque sobreviva de cuando en cuando en televisión, y no obstante la calidad de su filmografía, es un director de cine y vaya que se nota. Hablando de series, salió el trailer de lo nuevo de Taylor Sheridan, "Yellowstone", que al parecer nos va a contar la decadencia de una familia de rancheros que inevitablemente va a sucumbir ante el poder del progreso de las autoridades. Actualmente se están dando los episodios de la última temporada de "The Americans" y no he visto nada, de puro flojo, de pura desidia también. Por ahora, hablemos de "La Jalousie", tercera película de Garrel que comentamos, la cual abrió esta trilogía de breves ensayos ficticios y cinematográficos sobre las relaciones amorosas.
Primer tropiezo: no me ha gustado "La Jalousie", y lo que es más: no la he entendido. No entendí ni descifré lo que Garrel pretendía contar. De "L'Amant d'un jour" podemos decir, por ejemplo, que es una historia sobre el poder del sexo, ya sea incontenible (en el caso de la novia del profesor de filosofía, que ama al docente, aunque su apetito sexual la impulse a encuentros con sujetos por los que nada siente) o comedido (como el caso de la hija del profesor de filosofía, que no ve el sexo como algo esencial en una relación amorosa). De "L'Ombre des femmes" se puede decir que es una historia sobre la moral de las relaciones amorosas e interpersonales, en donde los encuentros sexuales casi podrían considerarse una declaración de intenciones (actos, en cierta forma, despojados de su naturaleza humana, no expresiones individuales sino que mecanismos sociales... demonios, cuánta habladuría, ja, ja), maneras de analizar las dinámicas amoroso-éticas entre hombres y mujeres. De "La Jalousie" soy incapaz de extraer una lectura más o menos coherente; ni siquiera el título me sirve de guía. La trama trata sobre Louis Garrel, un actor que termina su relación con la madre de su hija (ella se queda viviendo y cuidando a la niña, aunque él sigue siendo un padre presente y afectuoso), para irse a vivir con otra actriz. ¿Es una historia de celos? Al principio la abandonada podría sentir celos; después, a lo mejor, la actriz, que parece demasiado dependiente de Garrel; al final, curiosamente, la actriz se desinteresa de Garrel y éste es el que cae en conductas celosas. Hay obsesiones, secretos y cierta mirada a la soledad, pero no sé, la trama de "La Jalousie" me sabe como un simple intercambio de parejas en donde uno de los dos queda afectado y el otro indiferente, siguiendo ya su nueva vida. No sé si Garrel, el director, intenta examinar o explorar en los entresijos del amor enfermizo o qué-sé-yo... Ni siquiera sé sobre lo que balbucear y divagar.
Lo mejor es la niña, la hija del Garrel actor, y por ende, sus escenas, sus secuencias, sus momentos, todos muy tiernos y cálidos. El resto son personajes que no puedo comprender, con los que me cuesta empatizar y conectar; sus acciones me parece tan abruptas... Ni siquiera la sensibilidad cinematográfica de Garrel brilla con la fuerza de los otros dos títulos mencionados: tampoco puedo percibir un tono, una atmósfera... Se siente todo tan... banal... Me costó sentir esa amargura, esa vitalidad, ese halo trágico e hiriente.
Eso sí, queda una frase que podría ilustrar bien lo que Garrel ensaya en esta trilogía que vimos de final a inicio: "Cuidado con entender mejor la ficción que la vida real". Garrel convierte la vida real en ficción, pero en este caso ni siquiera se puede entender esta ficción.
Esto no ha llegado a su fin.
Primer tropiezo: no me ha gustado "La Jalousie", y lo que es más: no la he entendido. No entendí ni descifré lo que Garrel pretendía contar. De "L'Amant d'un jour" podemos decir, por ejemplo, que es una historia sobre el poder del sexo, ya sea incontenible (en el caso de la novia del profesor de filosofía, que ama al docente, aunque su apetito sexual la impulse a encuentros con sujetos por los que nada siente) o comedido (como el caso de la hija del profesor de filosofía, que no ve el sexo como algo esencial en una relación amorosa). De "L'Ombre des femmes" se puede decir que es una historia sobre la moral de las relaciones amorosas e interpersonales, en donde los encuentros sexuales casi podrían considerarse una declaración de intenciones (actos, en cierta forma, despojados de su naturaleza humana, no expresiones individuales sino que mecanismos sociales... demonios, cuánta habladuría, ja, ja), maneras de analizar las dinámicas amoroso-éticas entre hombres y mujeres. De "La Jalousie" soy incapaz de extraer una lectura más o menos coherente; ni siquiera el título me sirve de guía. La trama trata sobre Louis Garrel, un actor que termina su relación con la madre de su hija (ella se queda viviendo y cuidando a la niña, aunque él sigue siendo un padre presente y afectuoso), para irse a vivir con otra actriz. ¿Es una historia de celos? Al principio la abandonada podría sentir celos; después, a lo mejor, la actriz, que parece demasiado dependiente de Garrel; al final, curiosamente, la actriz se desinteresa de Garrel y éste es el que cae en conductas celosas. Hay obsesiones, secretos y cierta mirada a la soledad, pero no sé, la trama de "La Jalousie" me sabe como un simple intercambio de parejas en donde uno de los dos queda afectado y el otro indiferente, siguiendo ya su nueva vida. No sé si Garrel, el director, intenta examinar o explorar en los entresijos del amor enfermizo o qué-sé-yo... Ni siquiera sé sobre lo que balbucear y divagar.
Lo mejor es la niña, la hija del Garrel actor, y por ende, sus escenas, sus secuencias, sus momentos, todos muy tiernos y cálidos. El resto son personajes que no puedo comprender, con los que me cuesta empatizar y conectar; sus acciones me parece tan abruptas... Ni siquiera la sensibilidad cinematográfica de Garrel brilla con la fuerza de los otros dos títulos mencionados: tampoco puedo percibir un tono, una atmósfera... Se siente todo tan... banal... Me costó sentir esa amargura, esa vitalidad, ese halo trágico e hiriente.
Eso sí, queda una frase que podría ilustrar bien lo que Garrel ensaya en esta trilogía que vimos de final a inicio: "Cuidado con entender mejor la ficción que la vida real". Garrel convierte la vida real en ficción, pero en este caso ni siquiera se puede entender esta ficción.
Esto no ha llegado a su fin.
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