viernes, 6 de abril de 2018

Another Year - 2010


Director: Mike Leigh

¡Por fin un maldito día nublado!, claramente, el mejor tiempo (no digo clima porque quién entiende a los climas hoy en día) para ver películas porque además es el mejor ánimo: nublado y medio frío, es decir tranquilo, suave como una almohada, con la perfecta disposición para recibir la calidez de una buena película. Si sigue así de nublado capaz que me ponga a ver esas películas cuyos visionados estaban específicamente esperando tiempos más fríos. Bueno bueno, la semana pasada (¿o la antepasada?) dimos inicio a la segunda tanda de la retrospectiva dedicada a Mike Leigh y por motivos que ya no vale la pena recordar, tuvimos que detenerla, dejando dos títulos huérfanos: "Another Year" y el otro, que probablemente comentaré el domingo. Después vendría la tercera tanda, y para terminar, la cuarta. A todo esto, se acerca el Festival de Cannes (evento imperdible para toda persona que guste del séptimo arte, y pobre de quien oiga/lea quejarse "de la calidad del festival" porque le voy a arañar la cara) y ¿creen ustedes que lo nuevo de Leigh, "Peterloo", sea exhibido o incluso incluido en la competencia oficial (porque no tiene pinta para Una cierta mirada)? El anuncio oficial es la otra semana, ¡y para la otra semana ya no queda nada!


Uf, qué personaje el de Lesley Manville, y qué escena esa en donde le escupen el despiadado apodo de "Tía Mary", ¡casi no pude soportarla! Dios, la tensión aún serpentea bajo mi piel; todavía me siento terriblemente incómodo, y es que el patetismo de su personaje llega a doler, porque está tan bien escrito, construido e interpretado, humanizado, que su ridiculez no da vergüenza ajena (o risa) sino que todo lo contrario: verdaderamente causa pesadumbre y empatía: el azote de las miradas, de las palabras sutilmente hirientes... Y no es que la pobre se rodeara de gente mala, porque no lo son en lo absoluto (me refiero a los bonachones y simpáticos personajes de Ruth Sheen y Jim Broadbent, a quienes ya hemos visto irradiar todo su candor en "High Hopes" o "All or Nothing" y "Life is Sweet", respectivamente), es que la pobre mujer no dejaba de caer tan pero tan bajo que sus amigos sólo pretendían detener esa caída, y claro, a veces hay que ser duros para poder frenar (aunque el intento sea infructuoso) la espiral de autodestrucción y auto-abandono. Suena dramático, pero es que es así: Lesley Manville, asfixiada en un infierno de soledad y desesperanza, se consume lentamente en un mar de banalidades y frivolidades que, en cierta forma, puedan disfrazar su carencia de compañía y afecto auténtico, no afecto por compasión.
"Another Year" es otro de esos sencillos a la vez que complejos ejercicios cotidianos de Mike Leigh, que captura el día a día de personas comunes y corrientes, en la presente ocasión enfocándose en personajes de la tercera edad (sin perder el foco en otros grupos etarios, claro) y la perspectiva que otorga prácticamente toda una vida a cuestas para poder observar las problemáticas (pero también las alegrías) de los pares y de los otros. Y claro, cuán diferente puede ser la vida incluso en personas estrechamente ligadas, ya sea por sangre o por amistad o lo que sea. Ruth Sheen y Jim Broadbent son los falsos protagonistas (esto no es crítica, sino que una interesante propuesta narrativa) de este conjunto de historias y personajes: son un matrimonio que ha logrado labrarse una vida plena y tranquila, sin apuros, que a lo largo de un año en donde no mucho cambia para ellos, son testigos de los cambios, a veces radicales o definitivos, que sufren aquellos con quienes comparten. Así, está el hermano de Broadbent, el que enviuda (resulta interesante contrastarlo con Lesley Manville: queda solo, pero no abandonado); el amigo gordo y amargado que se queja de la juventud; el hijo del matrimonio, que encuentra novia (interpretada por Karina Fernandez, la misma que hizo de instructora de flamenco en "Happy-Go-Lucky"); o la misma Lesley Manville, amiga del trabajo de Ruth Sheen y secreta pero no muy disimuladamente enamorada del hijo de su amiga.
Esta película, aparte de tener la calidad inherente de una obra propia de Mike Leigh, presenta varios aspectos narrativo-dramáticos muy interesantes de analizar, lo cual no haré (al menos no en extrema profundidad), aunque sí los mencionaré, un par de ellos, a la rápida: primero, que casi todo ocurra en la casa del matrimonio, instalando el concepto de fuera de campo (no en el sentido más literal y conocido del término); segundo, que toda la construcción de los personajes, especialmente de los más, ejem, dañados, quede fuera de este núcleo de plenitud y paz, por ejemplo Lesley Manville, de quien nunca vemos su departamento o su vida íntima, aunque podemos perfectamente imaginar su miseria y su soledad a través del comportamiento que tiene en el hogar del matrimonio, el cual ella desearía fuese el suyo; tercero, ese delicioso toque de saludable nostalgia que también es un fuera de campo, pues en las interacciones de los personajes, sobre todo de los viejos, podemos ver espectros de tiempos pasados, recuerdos, presencias que están pero no están: viejas historias, años que afloran en una conversación o en un silencio compartido... En realidad muy poco en esta película es explícito (o peor: expositivo), y sin embargo es increíblemente transparente: aunque queda mucho sin saber (mejor dicho: mucho por descubrir, por conocer), nada se esconde. Todo está ahí.
Qué puedo decir: me encantan las películas de Mike Leigh y son especialmente revitalizadoras después de, por ejemplo, decepcionarme con las dos películas no-buenas de Valeria Bruni Tedeschi, cuya limitada mirada y puesta en escena (no obstante tiene sus puntos rescatables) es todo lo contrario a la humanista y abierta perspectiva del maestro británico, de quien uno nunca deja de aprender. O, simplemente, disfrutar una bella película.
Admirable y magnífica.

2 comentarios :

  1. Es portentosa. Muy buen analisis de la casa. Genial. Yo la vi hace unos meses por segunda vez y aunque la primera (cuando se estrenó) me dejó destrozado por ese final, esta segunda vez pude captar toda la maestría con la que está hecha y me quedé perplejo.

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    Respuestas
    1. Definitivamente Leigh no se repite ni nada por el estilo, tan sólo basta ver la estructura en estaciones del año, lo de la casa y la fogografía, amoldándose no sólo a la estación sino que también a los ánimos y las emociones.
      Pero como dices eso es lo genial de su cine: que cómo película, así en simple, son geniales, y después en un análisis algo más profundo, se nota aún más lo bien que hace sus películas.
      Y después sí que da un tremendo salto, imagino (aún no la veo), al cambiar de tema con "Mr. Turner", y ahora con la otra que se viene.
      Un grande, en definitiva, algo que he dicho mucho me parece jaja.

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Vamos, dime algo, así no me vuelvo loco...

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