miércoles, 19 de julio de 2017

Huacho - 2009


Director: Alejandro Fernández Almendras

La última opera prima chilena que tengo a mano es la de Alejandro Fernández Almendras, el único buen profesor que tuve en la puta universidad de mierda y director del que ya hemos comentado "Matar a un hombre" y "Aquí no ha pasado nada", que debieran completarse con otra película sobre la justicia de las corporaciones, como él mismo ha dicho (a todo esto, las tres conforman una trilogía sobre la justicia... la de los pobres, la de los ricos y así). Iba a agregar algo interesante pero lo olvidé, así que bueno, sigamos.


Despertar al alba. Oír a las gallinas y a los insectos, el sonido de los árboles mecidos por el viento. El sonido de los pasos en el piso de madera o afuera, en la tierra, el pasto y las ramas crujiendo. Sentir la luz del sol rebotar en la piel, transmitiendo su calor. Comenzar un nuevo día. La abuela, que prepara sus quesos para luego vender en la carretera a los raudos automovilistas, que unos tras otros se pierden frente a la mirada de la señora. El abuelo, que carga sus herramientas para levantar cercas en una parcela cercana, cavando hoyos y cortando madera, clavando postes y atando alambres. El sol es testigo del trabajo de ambos, también de su cercano aunque paciente final: recuerdos vivos que se van fundiendo en un paisaje, el campo chileno, que tiene más de nostalgia que de plenitud: una forma de vida cada vez más cercada por el avance de las tecnologías y la indiferencia que las nuevas generaciones profesan hacia lo natural, a las historias del pasado y al fruto logrado por el trabajo de manos y espaldas ya marchitas, pieles desgarradas y ropas perforadas; la ciudad, lo urbano, absorbiendo lo rural, lo artesanal; el turismo bucólico que transforma la frescura de la tierra y el pan amasado de la abuela en meras postales o recuerdos vacacionales. El campo chileno, maltrecho y olvidado, mas, al ocaso del día, aún conservando su cálido vestigio de poesía.
De corte criollista, la opera prima de AFA, rodada en 35mm y con cierto aire "documental", nos narra el día que tiene una familia campesina conformada por el abuelo y la abuela, la hija de éstos que trabaja en un restaurante y, en la práctica, debe sostener el funcionamiento del hogar, y el nieto, que debe ir del campo a la ciudad para estudiar en un colegio en donde le dicen, y no con cariño precisamente, "el huaso". Cada uno, interpretado por un actor no profesional (el elenco completo es de gente ajena al mundo de la actuación), sorteando sus respectivas dificultades (el declive de la venta de comida artesanal; el desgaste del cuerpo; las dificultades económicas y la privación de pequeños gustos personales en pos del bien común del hogar; la exclusión de los compañeros con más dinero y un estilo de vida urbano), pero dando cuenta de este conflicto con derrota anunciada.
Una película humilde, tranquila, sencilla, humana, genuina.
Un tesoro de película, una joya cinematográfica cuyo visionado se hace imprescindible. "Huacho" es su nombre.

No hay comentarios. :

Publicar un comentario

Vamos, dime algo, así no me vuelvo loco...

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...