martes, 14 de agosto de 2018

The Thing from Another World - 1951


Director: Christian Nyby


Muy bien, cine de terror, o de ciencia ficción, de los cincuenta, o de los ochenta. Comencemos.
Comenzamos con "The Thing from Another World". Siempre se ha debatido sobre quién es el director de esta película, si el acreditado Christian Nyby (lo que, a la postre, la convierte en su opera prima), o Howard Hawks, que a fin de cuentas también es el productor. Algunos actores dicen que Hawks lo dirigió casi todo; otros señalan que Nyby era el director, aunque naturalmente recurría al constante consejo de Hawks. Otros aportan comentarios más bien ambiguos y francamente interesantes, desde un punto de vista lingüístico (o semántico): que Nyby era el director, aunque Hawks era el jefe.
Como sea, lo cierto es que estamos ante un pequeño clásico de la ciencia ficción-terror en donde un grupo de militares estadounidenses y científicos acuden a un aislado punto de Alaska a estudiar un extraño accidente aéreo. Extraño, sí. Entre otras cosas, recuperan el cuerpo de un extraño ser vivo, supuestamente extraterrestre, congelado en un bloque de hielo. Lo llevan a la base, pero ahí dentro revive (gracias a la incompetencia de un sujeto al que claramente le dijeron "¡no toques el puto bloque de hielo!") y todos deberán defenderse de la implacable criatura, que se alimenta de sangre humana. Con una curiosa pero efectiva, y ciertamente interesante, mezcla de tensión y distensión (el llamativo retrato de la convivencia del grupo, con esos diálogos y muestras de buen humor, que no cesan durante todo el metraje, a pesar de lo peliagudo del problema y de alguno que otro roce interno, sobre todo entre científicos y militares), en donde la tensión se construye a través de un relato cuyo conflicto desarróllase de forma paulatina y progresiva, escalando en episodios de mayor impacto y violencia, para finalmente dar lugar al enfrentamiento definitivo. Por lo demás, destaca la buena utilización del "espacio único" (elemento capital en las "The Thing") y la creación de expectación sustentada en lo que no se ve y lo que no se sabe, todo con el fin de que, llegado el momento, ¡zas!, uno se sorprenda a lo grande. ¡Zas!, zarpazo. ¡Zas!, "Il sorpasso". ¡Zas!, tírate un paso.
Como ya sabemos, John Carpenter entregaría su propia y magnífica versión a mediados de los ochenta, y docenas de años después, algún sujeto hizo una suerte de secuela o precuela, pero no sabemos qué tal resultó aquello. Ahora, en el presente, o sea en el año 1951, Nyby/Hawks nos entregan una película adelantada en varios aspectos, que se disfruta de inicio a fin y de una calidad (formal, narrativa, incluso de producción) que la distancia de gran cantidad de producciones clase B (la escena del descubrimiento en el hielo, la del ataque con queroseno, por ejemplo, dan muestras de la sólida y bien pensada puesta en escena), lo que lo convierte en un film capaz de trascender la mera anécdota y la genérica diversión pasajera; ser una fuente de buenos hallazgos.
Oh, y qué mal me cayó el personaje del reportero. Se cree la gran cosa pero es un inútil. Quizás esa sea su gracia.
Muy buena película. No olvidemos rescatarla.

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