miércoles, 29 de abril de 2020

Mar - 2014


Directora: Dominga Sotomayor


La segunda película de Dominga Sotomayor es una sutil y minimalista pieza de una hora de duración, que algunos podrían emparentar con el mumblecore estadounidense (movimiento que en general no me gusta nada, a excepción de un par de nombres destacables que, miren ustedes, han declarado que no se sienten identificados con el término... y que si los agruparon ahí fue por una cuestión meramente generacional y no cinematográficas), pero que para mí se asemeja más a las películas de Hong Sang-soo (guardando las distancias).
"Mar" está en la sección de comedia de Ondamedia.cl y no creo que eso le haga mucho favor, no por mí, sino por el público que pudiera atraer, la mayoría, según los comentarios que he podido ver en la página, disconformes e insatisfechos con una historia que califican de aburrida, plana y superficial. "Mar" es un cine sutil, sutilmente agudo, para observar y diseccionar a sus personajes, que como tú y como yo, no tienen nada de extraordinario. Un cine de microexplosiones o de explosiones invisibles. Dominga Sotomayor retrata la complejidad que la gente ha dejado de ver, porque no saben ni lo que significa realmente qué es complejo ni saben leer a los demás. La directora desarrolla una historia aparentemente banal y anodina, esto es las vacaciones de una pareja que va a la costa, en donde se tiran en la arena, la pasan con amigos cantando y tomando por las noches, caminan por ahí a falta de algo mejor que hacer, etc., pero cargada de tensiones o pequeñas crisis que ahí están, pero que no van a explotar (para usar una palabra ya dicha), como esa distancia que hay entre la pareja, distancia que hace que los afectos y los reproches se manifiesten de una forma, digamos, neutral, fría, como si ya no existiera la pasión para pelear y amarse con intensidad, "como deben hacerlo las parejas". Una relación que va como en inercia, sin fuerzas para separarse, con la comodidad justa para continuar y no complicarse la vida, porque no están entusiasta o brillantemente bien, pero tampoco tan terriblemente mal. Las cosas, sin irse de madre como hemos visto, se ponen extrañas cuando llega la madre bajo una excusa barata pero movida por furtivos intereses, cuando ocurren algunos accidentes de la naturaleza, en fin, como si el clima se sintiera tan incómodo como este grupo de personas casi dormidas en su perezosa normalidad.
Dominga Sotomayor dirige con una puesta en escena sobria y sutil, bastante deliciosa por lo demás, y una mirada aguda para retratar costumbres y personajes que no tienen grandes catarsis o traumas, tampoco momentos memorables como a lo mejor quisieran, pero que tienen problemas o preocupaciones mucho más complejos de lo que cualquiera podría pensar, porque las relaciones humanas son complejas ¿o no? Como sea, notable trabajo, y claro, también con su saludable sentido del humor, aunque no sea de esos que cuentan chistes repetidos (que salen podridos).

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