martes, 26 de junio de 2018

Beomjoewaui Jeonjaeng - 2012


Director: Yoon Jong-bin


El nombre completo de esta película es... bah, qué importa. El título en inglés es "Nameless Gangster: Rules of the Time", y se presenta como un émulo de Scorsese que nos cuenta un período especialmente fructífero para el crimen organizado de Busán (es decir, violento, corrupto, podrido, ensangrentado), tanto, que ya a principios de los noventa el gobierno golpeó la mesa y le declaró la guerra a los mafiosos de la ciudad. Así, con esa contundencia y rudeza, suena como algo digno de ser contado, pero la triste realidad es que "Nameless Gangster" es un fallido e insustancial, pero sobre todo anodino y muy, muy blando ejercicio que mezcla la narrativa propia del cine de gángsters con un feble y timorato ánimo de denuncia. Con un falso estilo y un falso glamour, la película empieza cuando el gobierno le declara la guerra a los mafiosos de la zona, y por declarar la guerra nos referimos al arresto del protagonista, un perdido y desaprovechado Choi Min-sik que comienza, flashbacks mediante, siendo un torpe y patético agente de aduanas corrupto (pero pobre en todo caso) que, luego de encontrar un bolso lleno de heroína (la cual roba y vende, y no tengo idea cómo demonios los dueños originales no comenzaron una cacería para atrapar al ladrón de tan preciado botín), de repente se hace con el poder de la ciudad: sin dejar de ser un mal chiste en persona, es amigo de fiscales, es capaz de malversar fondos para construir hoteles y otras cosas que no quedan del todo claras porque ni el director estaba seguro de qué demonios quería contar, de qué quería hablar. Es fácil traer a colación lo de la corrupción y tópicos similares, pero, maldita sea, ¿cómo es posible que nunca se entiendan, por ejemplo, los mecanismos del poder y la forma en que estos criminales tuercen las instituciones? La película entera se construye y se impulsa a través de enunciados vagos y huecos: sin contar nada concreto, vemos a un puñado de personajes perseguirse, darse palizas, mentirse, traicionarse y atentar contra sus respectivas vidas, y uno debe dar por hecho que todo se debe a que uno quiere el territorio de otro, que el otro se dio cuenta de que le están apuñalando la espalda... Es como si en "Casino" nos mostraran a Robert De Niro golpeando charlatanes y desgraciados sin que nos explicaran en lo absoluto como funciona el puto casino por dentro y por fuera; qué papel tienen las mafias y los políticos; cómo se crea y se distribuye el dinero sucio; cómo es la cadena de mando, qué pasa cuando se saltan los protocolos o se rompe el conducto regular. "Nameless Gangster" pretende denunciar la corrupción política y el funcionamiento de las mafias pero en ningún momento nos pone en contexto o nos familiariza con las estructuras del poder corrompido (¿qué hay de la situación socio-política del espacio temporal?), cómo los verdaderos personajes (porque todo esto está basado en hechos reales) se limpiaron el culo con la ley (qué vacíos legales aprovecharon, de qué tecnicismos tomaron ventaja, etc.). Al contrario de "Goodfellas", que ofrece una impresionante y variopinta galería de moralidades y estilos de vida (el negocio como actividad familiar e incluso cultural, la filosofía de vida del todo o muere, la aceptación de la violencia como modus vivendi), también falla al retratar a sus personajes, meros arquetipos sin personalidad de los que tampoco se ofrece algún tipo de mirada o evolución moral (comienzan de una manera y terminan siendo exactamente igual). Sólo peleas entre chinos, reuniones entre "poderosos" y, ya por el final, el típico melodrama oriental. Algunas escenas son interesantes y están bien resueltas, pero son pequeñas cápsulas que no salvan un conjunto carente de peso e importancia, con personajes menos que livianos y conflictos invisibles, tramas ininteligibles y relato mal hilvanado (su no-linealidad temporal nunca se justifica). Ni siquiera tiene sentido del humor, desfachatez, obscenidad. Película superficial, plana, convencional. Pueril ejercicio que no le llega ni a los talones a sus referentes: como Bob Esponja intentando entrar al club de los rudos. Compararlo con Scorsese sería un insulto para el maestro.
Tremendo desperdicio. ¿Cine de gángsters, thriller político o drama/parábola del hombre común sucumbiendo a las tentaciones materialistas? Me temo que ni el director lo sabe.

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