viernes, 23 de noviembre de 2018

I Shot Jesse James - 1949


Director: Samuel Fuller


La figura de Jesse James, y por ende, la de su hermano Frank y la de los hermanos Ford, especialmente el cobarde Robert Ford, también ha sido llevada varias ocasiones al cine y por acá hemos comentado aquella versión con Tyrone Power, la cual no me gustó mucho, la secuela que Fritz Lang dirigió después y que fue "The Return of Frank James", con el maravilloso Henry Fonda, y aunque no la hemos comentado sí hemos visto "El asesinato de Jesse James por el cobarde Robert Ford", de Andrew Dominik, película que me gusta mucho y que en su momento habré visto, por la tele, un buen puñado de ocasiones: he de decir que adoraba quedarme tardes enteras, desde que estaba de día hasta que el crepúsculo teñía el cielo y mi ventana de arreboles, porque, claro, aquel monumental film, rodado en precioso 35mm, dura casi tres horas que son puro arte. (A propósito, me he enterado que Dominik está casado con Bella Heathcote, una de las tres brujas malas de "The Neon Demon"). Me parece que la figura de Jesse James ha sido utilizada incluso en propuestas de terror, exploitation y quién sabe qué ocurrencia más; Jesse James versus zombis, o zombis del espacio, o zombis nazis del espacio... 
En fin, la opera prima de Samuel Fuller, como pueden ver, tiene que ver con Jesse James aunque el protagonista, interpretado por John Ireland, ese solvente actor que ha aparecido en grandes películas eso sí, es Robert Ford. Más allá de exactitudes históricas, de que los personajes y escenarios sean, de inicio a fin, relativamente acordes a como los hechos transcurrieron, la película deja bastante claro al inicio que lo que cuenta es ficticio, y en este caso lo ficticio vendría siendo el triángulo amoroso entre Ford, su novia Cynthy Waters (parece que ella es ficticia) y O'Keylle, el hombre que mató a Ford, por motivos que sólo pueden caer en la especulación, pero que acá encuentran respuesta en eso, el triángulo amoroso. Y la verdad es que, aunque la película esté bien hecha, no me deja conforme esta visión melodramática y romanticona de la vida y muerte de Robert Ford, que es el enfoque central del relato, más allá de lo que al inicio era lo realmente interesante: el dilema moral de Ford por desear matar y haber matado a su amigo, a su líder, a Jesse James, quien estaba dándole la espalda, inerme. Lo mató por la amnistía, no por el dinero, para ser un hombre libre, para casarse con su novia. Luego se va a Colorado, por el asunto de la plata, se hace amigo de Soapy, que acá es un viejo bonachón y no el notorio bandido/estafador, y claro, Keylle siendo un tipo más o menos honrado que se enamora de la novia de Ford, también llega a Colorado, es acusado de robar el anillo de compromiso y quien mate al otro se queda con la chica... Curiosamente, sólo al final se retoma el dilema moral, mientras un moribundo Robert Ford le dice a su novia, a quien ama aunque ella no lo ame, más bien le confiesa que sí, que está arrepentido de haber matado a Jesse, que lo amaba, que era su amigo. Revelador y potente final, pero fugaz a fin de cuentas y, al parecer, no lo esencial dentro del conjunto. Es decir, poco me interesa el drama romántico de Ford, aunque entiendo que de fondo está la tragedia, el aura fatal de un bandido que, para no vivir teniendo que mirar por sobre su hombro toda la vida, decide matar a su líder para recobrar su libertad, vivir tranquilo, aunque su mala fama finalmente lo persiga, tan peligrosamente como cuando era un criminal, sin permitirle tener la libertad anhelada; sin embargo, me parecía más interesante la relación entre Jesse y Bob, en vida y en muerte, que acá progresivamente queda relegado a un ámbito subterráneo (su tormento constante podría deberse, o no, al fantasma de Jesse), y no parecen combinar muy poderosamente el conflicto interno con sus intentos por casarse con su novia... Con todo, no me puedo quejar de una decisión consciente, no puedo decir que sea una equivocación, y la película como tal, ya digo, está bien contada y mejor dirigida por un Samuel Fuller que, también como Arthur Penn en su opera prima (curiosamente un western, western centrado en una célebre figura del viejo oeste, figura retratada más en su aspecto humano y moral que en la "épica" del bandido), propone una visión y una ejecución formal propia. Sí, la propuesta es interesante, pero no termina de explotar y sublimar sus prometedores elementos...
Ya me estoy alargando un poco, en resumen la película está bien, no me parece una genialidad, pero está bien y vale la pena el visionado; siempre es entretenido e interesante ver cómo los narradores mezclan la realidad, incluso lo histórico, con la fantasía de la creación, con la exploración de mundos y épocas que, aunque registradas, son terreno fértil para la imaginación y la eterna curiosidad humana. En lo que a mí respecta, sigo enamorado del film de Dominik y, especialmente, del Bob Ford de Casey Affleck.
Por último, si bien la balada de Jesse James existió y tiene su letra y su estructura (que varía de versión en versión, como todo, pero la base está), me parece genial que la escena en que el músico pobre entra a un saloon a cantar su canción sea bastante similar tanto en este film como en el de Dominik (en donde el músico pobre es un cameo de Nick Cave, a la sazón compositor de la banda sonora)... ¿Un homenaje del neozelandés a Fuller? Si no, al menos da gusto pensarlo de esa forma...
Véanla, disfruten de las películas, es tiempo ganado (a menos que prefieras narcos, brujas adolescentes o enanas con dragones).

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