sábado, 24 de noviembre de 2018

Run of the Arrow - 1957


Director: Samuel Fuller


Dos aspectos interesantes de esta película: la violencia de Samuel Fuller, cruda y contundente aunque medida, no excesiva, menos explícita en favor de una sensación de atrocidad, de un clima de rudeza; y, claro, que acá no son los indios los antagonistas, al menos los que, inevitablemente, son masacrados por los héroes blancos gringos.
Lo solvente: ciertamente, Fuller dirige bien, sabe dirigir, con decisión e intención, sus imágenes tienen fuerza e intensidad, al menos en lo formal y técnico, en lo plástico y estético (en lo otro ya entraremos); sabe imprimirle ritmo al relato, tempo a sus imágenes, no hay baches, no hay tropiezos, todo fluye sin problema alguno. Es un verdadero director de cine, qué duda cabe.
Entonces... ¿qué impide que "Run of the Arrow" sea una gran película? Lo tengo claro, pero no sé muy bien como decirlo; tiene buenas intenciones la película, pero cae en lo meloso, en lo aleccionador, en una moralina simplista, ingenua e incluso pueril. El resultado es más bien insustancial pero solvente, al menos solvente. Bueno, el protagonista es Rod Steiger, soldado confederado que no acepta la rendición de los suyos de muy buena forma, de hecho reniega por completo de esos nuevos Estados Unidos y decide hacerse sioux, así que con los indios se exilia, y quiere con todas sus fuerzas ser indio (para no ser un sucio estadounidense de la Unión), hasta que, claro, un conflicto entre sioux y estadounidenses ponga a prueba esa gratuita y bastante estúpida tozudez. Primero vemos un manual de cómo convertirse en un sioux, cuyo subtexto es: miren, aprendan, los sioux son personas, tienen costumbres, humildemente se las presentamos. Después cuando llegan los estadounidenses, le hablan sobre la patria, sobre ser gringo, sobre dejar el odio de lado para construir una gran nación, etc... A todas luces, la película, también escrita por Fuller (por iniciativa propia o impelido por algún patriota productor de cine, no lo sé), es puro mensaje patriotero disfrazado de no sé si tolerancia o diversidad cultural o étnica, porque ni siquiera se preocupa muy bien por hacer creíble el conflicto del protagonista, tratado de forma bastante somera, o sea, él quiere ser indio, los indios le dicen "en el fondo eres gringo" y bueno ya, qué le puedo hacer, llevo el Sur en mi corazón pero Estados Unidos es más grande, hay que curar las heridas del pasado ante enemigos comunes, qué sé yo.
A Rod Steiger lo acompañan Charles Bronson como un musculoso jefe de tribu sioux, una intrascendente Sarita Montiel (aunque vaya que le queda bien el atuendo indio), Jay C. Flippen como el sioux que le enseña a Steiger a ser Sioux, y Ralph Meeker (a quien ya vimos en "The Naked Spur") como el descomedido pero violento teniente gringo que no quiere entenderse con los indios.
La película, de argumento rutinario y previsible (no obstante su vuelta de tuerca) y fondo/mensaje disimuladamente conservador (claro, tiene intenciones buenas e ingenuas de conciliación, pero sigue siendo conservador, por decir algo suave), se salva por la puesta en escena de Fuller, menos cursi y tendenciosa que su guión, con buenas escenas de acción, pelea y tiroteo, lo mínimo para que el visionado funcione. Película bien resuelta, correctamente ensamblada... Con todo, un resultado bastante impersonal. Se puede ver, sí, pero no dejará gran huella en ustedes...

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