martes, 16 de octubre de 2018

Ssaibogeujiman Gwaenchanha - 2006


Director: Park Chan-wook


Esperen... ¿qué es lo que acabo de ver?
Ja, ja, en realidad la cosa no es tan compleja. Hablar de género es inútil, un poco de argumento también. La cosa comienza con una muchacha que trabaja en una fábrica y que oye voces y las voces le dicen que se corte la muñeca y se meta cables por las venas y conecte los cables a los enchufes, todo porque la muchacha se cree que es una cyborg y nadie la convencerá de lo contrario, y desde luego que el asunto de la muñeca y los cables pasa por intento de suicidio así que la mandan a un manicomio lleno de gente loca, o para hablar con eufemismos, de gente excéntrica cuyas excentricidades son trastornos psiquiátricos o enfermedades mentales (o como se diga para no ofender a nadie), como el tipo que se disculpa por todo (divertido es ese sujeto, que no se niegue) o el que lo roba todo. Y bueno, la cosa transcurre con la chica esa imaginando que es una cyborg, relacionándose con doctores medio desquiciados también y los demás pacientes, y sobre todo, el problema más grave de todos, que no come, porque los cyborgs no necesitan comer y aunque su imaginación luce bastante nutrida, su cuerpo poco a poco comienza a desfallecer (aunque no se noten mucho los cambios que digamos). Lo importante del asunto es que la película es mucho más simple y bienintencionada (y adorable, creo) de lo que aparenta; imagino que todo su exceso visual, sus escenas medio oníricas y surrealistas y demás trucos, quiere mostrar en clave amable-cómica lo, en el fondo, terrible que debe ser vivir bajo uno de esos trastornos, lo tragicómico de vivir en perpetuo contrasentido, pero la metáfora queda enterrada bajo toneladas y toneladas de extravagancia bastante vacua e inocua, innecesaria, y todo el asunto de la chica imaginando que es cyborg y del "novio" siguiéndole el juego para inventar formas de convencerla de comer y hacer otras cosas humanas (y todo lo demás que el director va agregando a diestra y siniestra) queda como un revoltijo sin orden ni concierto cuyo propósito es tan difuso como el propósito vital que busca la muchacha. ¿Lecciones de tolerancia?, ¿humanismo buenista y simplón?, ¿moraleja institucional? No lo sé, y es probable que tampoco lo sepa muy bien el director, seguramente más hipnotizado por sus personajes y las realidades que se inventan, que de contar algo concreto, pero dentro de todo la película se puede ver, aunque por momentos la mescolanza provoque un poco de indigestión...
Así, "I'm a Cyborg but that's OK", que dentro de todo acaba siendo una especie de comedia romántica, es una mezcla de escenas divertidas, entretenidas, fluidas, pasables y otros tantos, no pocos, pasajes ininteligibles, medio ridículos y, como ya dije, innecesariamente extravagantes, porque pareciera que al director le da un poco de miedo el sentimentalismo "realista" y por ello prefiere disfrazar todo de colorinche irrealidad, pero no hablaré realmente mal de esta película, fundamentalmente porque a Park Chan-wook le reconozco una intención y una visión que ejecuta sin vacilaciones, hasta podría decir que noto el corazón que le pone a su película, aunque ya digo, no me maravilla particularmente este ejercicio de estilo pueril pero no tan cursi como lo harían los gringos (y juro que, aún con todos los malabares que se inventa, el director no te trata como estúpido ni presupone que el espectador es idiota, como suelen hacerlo los gringos). Está bien para pasar el rato, pero esta película es sólo para otakus o tribus similares, hasta podría afirmar, sin verdadera mala leche, que "I'm a Cyborg but that's OK" parece un alargado episodio de doramas, pero en fin, ¡ya me voy!

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